¿El té matcha es más sano que el café?
Esto es una señal S.O.S. Con tanto superalimento y bebida mágica, nos estamos volviendo locos. Ahora nos preguntamos ¿es más sano tomar té matcha que decantarse por un café? Nutricionistas resuelven nuestras dudas.
Antes de profundizar en el polémico tema del matcha, tenemos que hacer mención a la observación de los nutricionistas. “Hay cosas que se ponen de moda pero no ha dado tiempo a estudiar realmente sus beneficios”, nos dice la experta. “Este té procede, como cualquier otro, de la planta del té, la Camellia Sinensis”. Así que, en principio, podríamos decir que no es más sano que un té rojo, por ejemplo.
“Las variaciones vienen dadas por su proceso de elaboración”, agregan. Y nos cuentan que las diferencias que existen entre un té y otro radican en el grado de oxidación, proceso de recogida y tratamiento que se hace de las hojas de una única planta.
“En su elaboración, la planta se oculta del sol, lo que hace que las hojas maduren más lentamente y se vuelvan más oscuras”, confirman.
“Después se cosecha, se eliminan los tallos y se dejan secar las hojas, para posteriormente molerlas y hacer ese polvo fino característico”, agrega.
A pesar de estas cosas, las propiedades que se le pueden atribuir al matcha son las mismas que se podrían derivar de cualquier otro tipo de té. Es una bebida antiinflamatoria y antioxidante, lo que significa que puede contribuir a aliviar signos y síntomas propios del estrés, las enfermedades crónicas o el envejecimiento, por ejemplo.
¿Es mejor el té que el café?
Ahora que hemos derribado el mito de que el matcha tiene más propiedades que otros tipos de tés, nos preguntamos ¿Qué pasa con el café? Pues bien, como todos los tés, el matcha tiene “teína”.
Pero esta, químicamente hablando, es, según Bárbara Hernández, la misma molécula que la cafeína. La única diferencia que encontramos entre la cafeína y la teína es la planta de la que proceden una y otra cosa. ¿Qué quiere decir esto? Que las funciones que ejerce la teína (sea del matcha o de cualquier otro té) y las que ejerce el café son las mismas. Pero ¿entonces es lo mismo tomarse un té que un café? La respuesta es: no. Atenta a los siguientes datos: