Cómo reducir el desperdicio de alimentos en casa
¿Sabías que somos responsables de más del 40% de los alimentos que se tiran a la basura? Ser consciente de ello y tomar acción constituyen los primeros pasos para reducir el desperdicio de alimentos en casa.
Tirar la comida tiene un gran impacto social, económico y medioambiental.
Y no, no se trata de comerte todo lo que tengas en el plato aunque no tengas apetito. Se trata de aprovechar esos alimentos de una manera más racional, de saber conservarlos y responsabilizarte de ello 🙂
Te dejo aquí algunos trucos y acciones que puedes llevar a cabo para reducir el desperdicio de alimentos en casa:
Evita ir varias veces a la compra
Para ello, es esencial que planifiques tus comidas en la medida de lo posible. Planificar los menús con antelación evitará que vayas con más frecuencia a la compra. Esto se traduce también en menor tiempo y dinero perdidos.
¿Qué tienes en casa?
Verifica lo que tienes en la despensa.
Crea e imagina nuevos menús con lo que tengas.
Haz la lista de la compra teniendo en cuenta lo que ya tienes en tu despensa y nevera.
No vayas a la compra con el estómago vacío
Ir a la compra con apetito es uno de los peores errores que puedes cometer. No sólo aumentas el riesgo de adquirir caprichos y productos insanos sino también productos innecesarios que, muchas veces, también son insanos.
Ojo con los packs de ahorro
¿Las promociones se ajustan a lo que quieres? ¿Necesitas realmente ese alimento o producto? ¿Vas a consumirlo antes de la fechas marcadas? Hazte estas preguntas, porque, de lo contrario…lejos de ahorrar, quizás estés pagando más por alimentos de los que tendrás que deshacerte más tarde.
¡Compra con cabeza!
Ordena tu despensa y frigorífico
El orden te facilitará realizar la lista de la compra, conocer qué productos te faltan y cuáles necesitas, además de ayudarte a planificar tus menús.
El orden es imprescindible. Te ayuda a utilizar adecuadamente los alimentos.
No te sirvas grandes cantidades de comida
Es mejor que repitas si te quedaste con apetito, ya que, de lo contrario, es más probable que tengas que tirar a la basura lo que te sobró en el plato.
De esta forma reduces la cantidad de comida desperdiciada y la cantidad de calorías ingeridas.
Si aún así te pasas de cantidad en el plato, puedes dárselo a tu mascota… Pero, aunque te lo vaya a agradecer, tampoco se trata de fomentar su aumento de peso… 🙂
Las sobras de la elaboración que hayas preparado, puedes reutilizarlas para otro plato y aprovecharlas para otro día. Eso sí, ¡conservándolas bien!
Al final, la clave está en adaptar las cantidades de comida a tus necesidades. Sé realista y come con la cabeza, no con los ojos.
No tengas miedo a la congelación
Este método de conservación te permite consumir los alimentos y elaboraciones con mucha posterioridad. Puedes congelar las sobras de comida en recipientes herméticos y limpios. Y siempre que una vez se haya enfriado la elaboración ya que, de lo contrario, pueden verse alteradas sus caracterísiticas sensoriales.
Para los productos crudos, guarda 2 ó 3 piezas en bolsas herméticas (según los comensales que seáis) para evitar descongelar grandes cantidades y así reducir el riesgo de desperdiciarlo.
Recuerda que un alimento descongelado, no se debe volver a congelar.
La congelación es muy útil si no tienes previsto consumir en breve la elaboración. Además, mantiene muy bien las propiedades de los alimentos.
En caso de que vayas a consumir las sobras al día siguiente, puedes conservarlas en la nevera. Pero recuerda que las elaboraciones aguantan en el frigorífico un tiempo limitado. Además, existen alimentos que no deberías guardar en la nevera. Descúbrelos en este enlace.
Aprovecha la comida sea donde sea
Puedes elaborar muchos platos con las sobras antes de tener que tirarlas a la basura. Asimismo, en un restaurante, pide para llevar lo que no hayas consumido.
Los restaurantes deberían concienciarse cada vez más del problema del despilfarro y ajustar las raciones.
¡No hace falta que te comas todo! Por ejemplo, la foto del artículo es un menú improvisado que elaboré con media manzana que guardé en la nevera y, como aliño de la ensalada, empleé el hummus que me sobró de un restaurante. Y quedó… ¡realmente delicioso!
¿Y tú? ¿Cómo intentas reducir el desperdicio de alimentos en casa?